viernes, 18 de octubre de 2013

El amor no puede planificarse

Porque es más bonito cuando  nos dejamos sorprender y evitamos caer en la aburrida rutina. ¿Nos cansamos de ver siempre a la misma persona al despertarnos? ¿Soportamos el agobio hasta no poder más? El principio siempre es bonito, todo es novedad y pasión desenfrenada. Poco a poco te acostumbras a hacer siempre las mismas cosas, a ver a la misma gente, a frecuentar los mismos sitios… y buscas innovar, salir del aburrimiento, recibir atención y cariño de alguien junto al que sientas cosquillitas en el estómago. Quizá nos acomodamos tanto que dejamos de perseguir un sueño, ignorantes a lo que se nos escapa de las manos.
“Todo lo que quieres ya lo tienes y eso cansa”.
“Pierdes el cariño, nunca vuelve al principio, pero siempre hay sitio para la esperanza”.
¿O existe eso de la media naranja, o del medio limón, o lo que sea? Esa sensación de despertarte junto a la persona que quieres, de sentirte a gusto, de echarlo de menos cuando no está, de compartir, de renovar la ilusión y la pasión día tras día. Algo muy parecido a la felicidad.
“El amor no puede planificarse. Puedes pasarte la vida entera buscándolo, pero cuando menos te lo esperas, cuando bajas la guardia, encuentras a alguien…”




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